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En 1329, los gremios de marineros de La Ribera colocaron, por iniciativa propia, la primera piedra del que se considera el único edificio gótico catalán totalmente terminado: la iglesia de Santa María del Mar. 55 años después, en 1383, y sin que las obras se interrumpieran ni una sola vez, se abrieron las puertas de esta gran iglesia. Un templo que, con el paso de los años, y gracias al éxito de la novela de Ildefonso Falcones, ha llegado a ser conocido como La Catedral del Mar.
Santa María del Mar es emblemática y única, con tres grandes naves de casi la misma altura, y columnas cada trece metros, una distancia que nunca se superó en ningún edificio medieval.13 Todo el edificio da la sensación de ser luminoso, espacioso, y hay una notable falta de ornamentación. No hay arcos ojivales ni filigranas, y los arbotantes son delicados. Es puro arte gótico catalán. Sólo la luz que se filtra por las vidrieras adorna esta basílica.
Atravesar las puertas de Santa María del Mar es encontrarse en medio de la grandiosidad de la iglesia, una maravilla de la construcción. Tanto es así que, según cuentan, fue aquí donde Antoni Gaudí se inspiró para crear la Sagrada Familia.
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Tiene tres fachadas: la principal en la plaza de Santa María, la segunda en la calle Santa María y la última en el paseo del Born. Todas ellas muestran la esencia del estilo gótico catalán: torres octogonales, presencia de superficies desnudas y sólidos contrafuertes.
La fachada principal está decorada con esculturas de San Pedro y San Pablo, con un insuperable rosetón de estilo gótico flamígero del siglo XV. En la fachada de la calle Santa María destacan las gárgolas de los contrafuertes, las vidrieras traseras y, sobre todo, sus dimensiones monumentales.
En el interior, sigue siendo un ejemplo del gótico catalán por su amplitud de elementos y su sobria decoración. Tiene tres naves altas que están separadas por altas columnas. Para armonizar el conjunto, las naves laterales son la mitad más altas que la central y la anchura total del conjunto se ajusta a la altura de las naves laterales. Su rica decoración fue destruida tras los disturbios de 1936, aunque varias lápidas relacionadas con el mundo marino han llegado hasta nuestros días.
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El exterior de la Basílica de Santa María del Mar (1329-1383) ofrece un aspecto compacto que no transmite lo que encontraremos en su interior. Es la más fiel representante del austero estilo gótico catalán y ha sido considerada durante mucho tiempo como la catedral de los marinos. Y no es para menos, los feligreses de la zona portuaria y del barrio de la Ribera fueron los que contribuyeron con su dinero o con su trabajo. Al parecer, toda la población del barrio de la Ribera participó en la construcción y especialmente los descargadores de los muelles, a los que se llamaba “galafates” de la Ribera o “bastaixos”, razón por la que la puerta principal de la Basílica les rinde homenaje.
Santa María del Mar ha sufrido varias catástrofes: En 1379, cuando estaba a punto de terminarse el cuarto tramo de bóvedas, los andamios se incendiaron y las piedras sufrieron un daño considerable. Más tarde, el terremoto de 1428 provocó el derrumbe del rosetón, causando algunas muertes. Y, por último, hubo un incendio los días 3 y 4 de agosto de 1936 provocado por anarquistas y comunistas que asaltaron el templo (como otras iglesias de Barcelona).
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La construcción del templo se inició en 1329 por un grupo de creyentes que vivían en el Puerto de Barcelona y sus alrededores, así como en la Ribera. Ellos financiaron la estructura y también trabajaron físicamente en el templo. Por ejemplo, todos los gremios de la Ribera llevaron grandes piedras a la obra para construir el templo.
El interior de Santa María del Mar tiene paredes oscurecidas que añaden un poco de misterio e interés a este templo gótico clásico. Las paredes negras son el resultado de un incendio provocado por anarquistas y comunistas en 1936.
Santa María del Mar es una basílica encantadora y austera. Es uno de los destinos turísticos más populares de Barcelona, en parte porque aparece bellamente retratada en “La Catedral del Mar”, una novela escrita por el autor español Ildefonso Falcones.
