Catedral naval de Kronstadt
EL REGRESO DE JESÚS ES NUESTRA ESPERANZA CIERTA (La Bendita Esperanza, El Juicio Final)Dios prometió que Jesucristo regresará personal y visiblemente en gloria a la tierra para resucitar y juzgar a los salvados y a los no salvados. Los que estén vivos en el momento de la Segunda Venida de Cristo serán arrebatados en el aire para encontrarse con Él. Como Creador y Juez omnisciente y todopoderoso, Dios puede y debe ser confiado hoy, y con nuestro futuro. (1 Tes 4: 16-17, Marcos 9: 43-48, Mateo 25: 31)LAS COSAS SE PONDRÁN EXCITANTES AL FINAL (El Reino Milenial de Cristo, Los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra)¡Al final del tiempo como lo conocemos, Jesucristo regresará! Reinará en la tierra durante 1.000 años con todos los verdaderos creyentes. Llevará a cabo un juicio final de los malvados – los que ya han muerto y los que aún viven – todos los que no aceptaron Su don gratuito de la salvación. Entonces, Jesús creará un nuevo cielo y una nueva tierra para todos los que han elegido amarle y seguirle. ¿Cuándo y cómo sucederá todo esto? Sólo Dios lo sabe con certeza. Esperamos y trabajamos duro hasta ese momento en el que estaremos con Jesús para siempre (Ap 20:4-6, 21:1-8).
Arquitectura renacentista rusa
Creemos y enseñamos la soberanía de un solo Dios, creador y gobernador del universo y del hombre: que Dios existe eternamente en tres personas, como Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Creemos y enseñamos que Jesucristo como Deidad, el hijo unigénito de Dios, vino a la tierra a través del nacimiento virginal, para proveer, a través de Su sangre derramada, Su muerte expiatoria en la cruz, resurrección y ascensión a la diestra del Padre, el único medio de redención o salvación del hombre del pecado y su castigo eterno.
Creemos y enseñamos que la vida sin pecado de nuestro Salvador Jesucristo, Sus milagros, Su accesibilidad a todos los hombres, mujeres y niños revelan la gracia y el amor de Dios. Esperamos el prometido regreso de nuestro Salvador en poder y gloria para reinar en la tierra.
Creemos y enseñamos que el Espíritu Santo, Tercera Persona de la bendita Trinidad de Dios, estableció su morada en la tierra el día de Pentecostés, y que por su morada el cristiano está capacitado para vivir una vida piadosa.
Catedral de Cristo Salvador
Como uno de los “testigos especiales del nombre de Cristo en todo el mundo” (D. y C. 107:23), creo que sirvo mejor si enseño y testifico de Él. Primero, podría hacer las mismas preguntas que Él hizo una vez a los fariseos: “¿Qué pensáis de Cristo? ¿De quién es hijo?” (Mateo 22:42).
Estas preguntas me vienen a menudo a la mente cuando me reúno con dirigentes de gobiernos y de diversas confesiones religiosas. Algunos reconocen que “Jesús fue un gran maestro”. Otros dicen: “Fue un profeta”. Otros, sencillamente, no le conocen en absoluto. No debería sorprendernos del todo. Despues de todo, relativamente pocas personas tienen las verdades restauradas del evangelio que nosotros tenemos. Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no son más que una pequeña minoría entre los que dicen ser cristianos.
“Y aconteció que vi la iglesia del Cordero de Dios, y su número era poco … ; sin embargo, vi que la iglesia del Cordero, que eran los santos de Dios, también estaban sobre toda la faz de la tierra; y sus dominios sobre la faz de la tierra eran pequeños. …
Catedral de la Trinidad de San Petersburgo
El sacramento es una ordenanza sagrada del sacerdocio que nos ayuda a recordar la expiación del Salvador. Durante el sacramento, participamos de pan y agua. Lo hacemos en recuerdo de Su carne y Su sangre, que Él dio como sacrificio por nosotros. Al participar del sacramento, renovamos pactos sagrados con nuestro Padre Celestial.
Poco antes de su crucifixión, Jesucristo reunió a sus Apóstoles a su alrededor en una habitación del piso superior. Sabía que pronto moriría en la cruz. Esta fue la última vez que se reuniría con estos amados hombres antes de Su muerte. Quería que siempre le recordaran para que fueran fuertes y fieles.
Para ayudarles a recordarlo, introdujo el sacramento. Partió el pan en pedazos y lo bendijo. Luego dijo: “Tomad, comed; esto es en memoria de mi cuerpo que doy en rescate por vosotros” (Traducción de José Smith, Mateo 26:22). Luego tomó una copa de vino, la bendijo, se la dio a beber a Sus Apóstoles y dijo: “Esto es en memoria de mi sangre… , la cual es derramada por todos los que crean en mi nombre, para remisión de sus pecados” (Traducción del José Smith, Mateo 26:24; véase también Mateo 26:26-28; Marcos 14:22-24; Lucas 22:15-20).
