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Jonathan Swift, el famoso autor de la popular novela “Los viajes de Gulliver”, cometió un pequeño error de cálculo. Resulta que Liliput, el reino de los seres diminutos, no está en una isla cercana a Tasmania. No. Porque, amigos, Liliput está en el jardín urbano del Turia, ¡en el corazón de Valencia! Concretamente, entre los puentes de Ángel Custodio y del Reino. El parque que lleva el nombre de este personaje universal está protagonizado por una gigantesca figura de Gulliver, de casi setenta metros de largo y nueve de alto, tumbado, atado al suelo e inmóvil. El gigante caído está lleno de escaleras y rampas para subir y bajar, rápidos toboganes y divertidas cuerdas por las que trepar. Así, los niños se convierten en los diminutos liliputienses mientras disfrutan de esta original atracción. Bueno, los niños y numerosos padres deseosos de viajar a su infancia y disfrutar de este parque único en el mundo.
El acceso al parque infantil se ha mejorado e incluye rampas accesibles. La zona es perfecta para hacer picnics en el entorno más verde y agradable de Valencia. Completan el parque divertidos bancos en sugerentes posturas para emular a Gulliver y quedarse tumbado, así como una zona de máquinas expendedoras.
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Maravillosa casa adosada con capacidad para 9 personas, dispone de cuatro dormitorios (uno de ellos abuhardillado) y dos baños completos, ambos con ducha. Además, la vivienda cuenta con dos terrazas donde poder pasar tiempo en familia disfrutando del buen tiempo de esta ciudad durante todo el año,
Este increíble apartamento se encuentra muy cerca del gran complejo arquitectónico-cultural la Ciudad de las Artes y las Ciencias, integrado en los Jardines del río Turia, creado por el prestigioso arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Es una zona perfecta para dar agradables paseos por este espacio verde, contando con una amplia oferta hostelera a su alrededor y estando muy cerca y bien comunicada con el centro histórico de la ciudad.
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El Parque Gulliver está situado en el Jardín del Turia de Valencia, que antiguamente era el cauce del río. La atracción principal es una escultura monumental de Gulliver de 70 metros, de la que salen numerosas rampas, toboganes y escaleras que harán las delicias de los más pequeños.
Representa el momento en que Gulliver ha sido atado por los liliputienses. La figura está hecha a una escala tal que los visitantes se asemejan a los habitantes de Liliput cuando caminaban sobre el cuerpo del personaje. Fue encargada en 1990 por el Ayuntamiento de Valencia al arquitecto Rafael Rivera y al artista fallero Manolo Martín con diseño de Sento Llobell.
El diseño y la amplitud de los espacios hacen que la atracción pueda ser utilizada por los más pequeños acompañados de sus padres, y uno de los toboganes es tan amplio que permite disfrutar a toda la familia junta.
Gulliver está rodeado de una exuberante vegetación, multitud de parques infantiles, campos de minigolf, zonas para patines y monopatines, y dos piezas de ajedrez gigantes. Los palos para jugar al minigolf se alquilan allí mismo, en la zona situada detrás de la figura de este personaje.
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Basado en el cuento Los viajes de Gulliver, escrito por Jonathan Swift en 1726, el parque representa la escena del gigante Gulliver tendido en el suelo, atado por las cuerdas de los liliputienses. El barco de Gulliver había naufragado y él había sido arrastrado a la playa, exhausto. Allí se quedó dormido y, cuando despertó, se encontró con que cientos de personas diminutas, los liliputienses, lo habían atado.
Un espacio circular de 15.000 m2 está dedicado a Gulliver, rodeado de bancos a la sombra. Toda la maqueta, de casi 70 metros de largo y casi 9 de alto, está cubierta de toboganes, escaleras y cuerdas para trepar. En la zona de la barba y el pelo se encuentran los toboganes más empinados, y en los faldones de las chaquetas los más anchos, por los que los padres pueden deslizarse con los más pequeños de la familia.
El modelo está claramente inspirado en las fallas, y el material del que está hecho no es muy duro. Eso, junto con sus líneas curvas, significa que es seguro para los niños. Sólo hay que tener en cuenta que durante los meses más cálidos es mejor que lleven pantalones largos, ya que el sol calienta mucho la superficie. En los lugares donde los toboganes son más empinados, como la cabellera, han añadido recientemente una capa antideslizante para que los niños no resbalen tan rápido.
