Entradas al Castillo de Belmonte
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El Castillo de Belmonte es un castillo medieval situado en el cerro de San Cristóbal, a las afueras del pueblo de Belmonte en el suroeste de la provincia de Cuenca en España. Fue declarado monumento histórico dentro del Tesoro Artístico Nacional por decreto de 3 de junio de 1931 y actualmente es Bien de Interés Cultural.
Se construyó en la segunda mitad del siglo XV por orden de Don Juan Pacheco, primer marqués de Villena, en una época de convulsiones y luchas intestinas en el Reino de Castilla, por lo que Pacheco deseaba levantar su territorio y construir fortalezas a su alrededor antes de que surgieran problemas peores. Probablemente contrató como arquitecto a Juan Guas, que ya había trabajado para él en el Monasterio de Santa María del Parral. Se inició en 1456 pero quedó incompleto a la muerte de Pacheco. Su hijo Diego López de Pacheco continuó en parte la obra de su padre, pero descuidó sobre todo la fortaleza.
Belmonte, portugal
Susan y PhilipHelpfulGreat tourMiguelAngel_D, Aug 2019Me encantó este tour porque puedes ver mucho sobre el hermoso campo en La Mancha: viñedos, campos de girasoles, olivos, castillos… Los castillos de Belmonte y la casa de Dulcinea eran realmente ricos en historia y literatura. La cata de vinos y el almuerzo también fueron buenos.
Aunque soy consciente de que la oficina y el personal de apoyo realizan un trabajo extraordinario, tengo que decir que este viaje no sería lo que fue sin los guías, Clara y Jorge, que fueron más allá de lo que cualquiera podría haber esperado. Tienen que estar entre los mejores.
Belmonte, España
En este caso concreto queremos presentaros uno de nuestros favoritos, el Castillo de Belmonte. Una emblemática fortaleza medieval que data del siglo XV y que ha sido declarada Monumento Histórico Artístico y Tesoro Artístico Nacional. Sin duda, este recinto es una auténtica joya cultural que nos permite viajar a la época de reyes, reinas y batallas, y todo ello en un entorno inmejorable.
Partimos hacia esta localidad de la provincia de Cuenca. Recorremos las tierras manchegas con sus llanuras, sus olivos, sus pinares y sus molinos de viento, para llegar a esta magnífica fortaleza de 1456, el Castillo de Belmonte.
A primera vista, impresiona, un castillo perfectamente cuidado y restaurado con una maravillosa muralla de piedra, acompañada de sus torres y almenas que rodean y protegen este histórico edificio.
Cruzamos la puerta principal, una de las tres entradas que dan acceso al patio amurallado, y ante nosotros se alza la magnífica torre del homenaje con sus banderas ondeando al aire. Un poco más adelante, una nueva puerta nos da acceso al espectacular patio de armas de forma triangular, rodeado de dos galerías, con sus respectivos pórticos y arcos, que aún albergan un antiguo pozo y una chimenea de la época medieval. Nos sentimos realmente transportados a la Edad Media, a un lugar mágico donde cualquier pareja estaría deseando celebrar su boda.
Belmonte (cuenca)
Es un castillo restaurado, convertido en museo y lugar de celebración de eventos, que nos permite visitarlo en profundidad, apreciando sus orígenes renacentistas y las restauraciones del siglo XIX, asumidas por Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia.
La parte exterior del castillo, de forma pentagonal, se une a las murallas que descienden hasta el pueblo de Belmonte. En la puerta de entrada encontramos una fachada gótica. La planta baja del castillo es muy peculiar, dominada por una “estructura torturada”, construida sobre un triángulo equilátero con dos cuerpos en sus dos lados, y en el tercero, la torre del homenaje; un triángulo que, mediante la barrera exterior se convierte en un polígono de nueve lados con pequeñas torres en sus vértices.
En el interior se conservan salas, galerías, la iglesia y varios arcos. Algunos de estos elementos son originales y otros forman parte de las restauraciones del siglo XIX, de estilo neogótico.
La estructura actual se inició sobre una fortaleza medieval en 1465, perteneciendo desde entonces a la misma familia. Una de las propietarias, Eugenia de Montijo, llegó a ser emperatriz de Francia al casarse con Napoleón III. La condesa ordenó una serie de reformas que han dejado un aire francés en el castillo.